Sistemas insulares metropolitanos

Los archipiélagos se definen por una especial configuración geográfica constituida por una agrupación próxima de islas situadas en un entorno marítimo concreto. En el planeta existen varias centenas de archipiélagos de los cuales solo algo más de cuarenta han ido consolidando una situación metropolitana, caracterizada por la concentración de cientos de miles de personas en diversos espacios insulares urbanizados e interconectados.

 BellinJN_Macaronesia
Carte Occidentale d’Afrique
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Jacques-Nicolas Bellin, 1738

En este contexto genérico de los archipiélagos, se puede establecer teóricamente que un archipiélago se caracteriza como un sistema insular metropolitano de carácter intermedio cuando cuenta con una superficie conjunta definida entre los 430 km2 de Barbados en el Caribe y los 90.000 km2 de las veintiséis islas Maldivas que se sitúan en el Océano Índico. También puede considerarse el tamaño de su población actual como un parámetro marco en este objetivo, definiendo un rango entre 250.000 (Azores) y 2 millones y medio de personas, en los que haya alguna isla con un área metropolitana (con más de 45.000 habitantes, al menos) y que cuente con infraestructuras de comunicación esenciales como puerto y aeropuerto internacional. Esos territorios relativamente habitados situados en los grandes océanos y mares son espacios geográficos que presentan condiciones diversas y a los que cabría identificar como sistemas insulares metropolitanos.

Fuera de estos márgenes así definidos quedarían los grandes archipiélagos y las grandes islas urbanizadas como Hong-Kong y Singapur; así como las grandes masas terrestres aisladas como Islandia, Madagascar o Nueva Zelanda. este esfuerzo de enmarcar una situación tiene por objetivo caracterizar un grupo geográfico de situaciones intermedias que debería analizarse para establecer sus condiciones y características esenciales para el desarrollo en una etapa contemporánea de gran volatilidad histórica. Aunque ello sea a costa de excluir el caso de las grandes ciudades asiáticas que representan procesos ejemplares de urbanización en enclaves estratégicos que conviene considerar en un plano prospectivo y tendencial. Desde esta perspectiva, la isla estado de Singapur representa un ejemplo interesante de éxito con sus 5 millones y medio de habitantes residiendo en una escasa superficie de 700 km2. Y que, sin embargo, en consideración a su posición estratégica, ha alcanzado uno de los desarrollos económicos y humanos más avanzados del planeta.

Dentro de este rango genérico en que se quiere enmarcar a los sistemas insulares metropolitanos de carácter intermedio adquiere un papel protagonista la región macaronésica de Azores, Madeira, Canarias y Cabo Verde. Archipiélagos que cumplen todos con las características señaladas y que representan un espacio geográfico en el Atlántico Medio habitado por 3.100.000 personas. En este grupo, las islas Canarias ejercen un proceso de desarrollo exitoso, apoyado en varias zonas urbanas metropolitanas insulares con poblaciones superiores a los 200.000 habitantes y desde las que se pueden establecer conexiones aéreas, marítimas y de telecomunicaciones muy potentes con el resto del mundo.

Y es que los pequeños y medianos sistemas insulares metropolitanos -considerados como áreas urbanizadas- establecen su red de integración en el sistema mundo de una manera eminentemente nodal. En contraposición a lo que ocurre con los núcleos urbanos de los territorios continentales, que funcionan como polos centrales de vastas áreas superficiales polarizadas y atraídas por los espacios centrales de la ciudad de referencia respecto a los cuales funcionan como hinterlands de apoyo. Las expectativas de futuro de estos enclaves oceánicos y marítimos en constelación urbanizada son muy grandes y se centran en la enorme capacidad de atracción de actividad a diferentes escalas: local -tanto en su organización interna urbana e insular como a nivel regional -entre islas cercanas y con las plataformas continentales más próximas. También aquí es importante considerar el valor que supone el anclaje y conexión cultural o geográfico establecido históricamente que jerarquiza claramente los accesos preferenciales hacia el complejo económico global y, por ello, con otros nodos de actividad a nivel mundial.

Conocer los modos y maneras de organización de estos sistemas insulares metropolitanos es una actividad estratégica como recurso para un desarrollo sostenible de cada espacio geográfico así caracterizado. Hoy, los archipiélagos urbanizados son unas superficies terrestres aisladas por el mar y que, debido a ello, son esencialmente muy frágiles en una situación de escasez creciente de recursos y paulatino calentamiento global. La sostenibilidad a largo plazo de los espacios insulares metropolitanos depende por ello de una inteligente gobernanza local que considere un futuro de gradual escasez energética. Y también de la progresiva dificultad que sobrevendrá para el aprovisionamiento de agua y alimentos, así como para la obtención de otros bienes esenciales para el desarrollo y viabilidad de la comunidad.

Debido a todo ello, se plantea la necesidad de contar con mecanismos de comunicación y conocimiento eficientes entre estos espacios archipielágicos que transfieran con agilidad las ideas innovadoras. Ideas que permitan lidiar con un futuro que se presenta cuando menos estimulante.

 

El próximo mes de Mayo se va a celebrar en la isla de Tenerife un Encuentro Internacional dedicado a compartir experiencias sobre los sistemas insulares metropolitanos en el que participaran expertos de Unesco, Malta, Reunion, Madeira y Canarias.

Puedes encontrar más información sobre este evento aquí: INTERMEDIATE URBAN ISLANDS INFLUENCE

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