UN TERRITORIO INEXPLORADO: INTERNET

Internet, la red que está entre nosotros en una traducción apresurada, es un fenómeno que puede ser ya muy familiar para los que acceden a esta página. Por el contrario, para muchos de mi generación constituye una gran incógnita que se conoce casi de oídas, un territorio desconocido que presenta una característica inquietante, no se desarrolla en un espacio concreto.

Campos de trigo. Havre, Montana. Alex S. Mclean. Del libro Across the american landscape

Vivimos en una época de transformaciones aceleradas donde se está produciendo una importante migración social hacia ese continente que permanece invisible para numerosas personas. Internet es un imaginario tecnológico que está situado en el espacio de la tecnología y que está inédito para una parte importante de la humanidad.
Todavía hay muchas personas que no pueden acceder a la red y lugares que no están conectados, bien porque no existe electricidad o las telecomunicaciones están en pañales. Es el caso de la inmensa mayoría del continente africano y gran parte de Asia, probablemente bajo el férreo control que ejerce el poder político.

La localización de la comunidad bloguera, según The Bobs, Best of the Blogs

Para mí, Internet es un territorio inexplorado para el que convendría desarrollar mapas y conceptos que lo explicasen más allá del mundo de los fanáticos de la tecnología y siguiendo a los más jóvenes que son la vanguardia que se dirige hacia este mundo digital. Quizás sea una posición un poco irreflexiva pero es la de aquél que parte de la ignorancia. De acuerdo a este objetivo, intentaré exponer algunas ideas que he ido recopilando así como otros pensamientos que me ha sugerido la escasa experiencia que he tenido de este éter imaginario situado entre las personas.
Nosotros, ustedes que me leen y yo, somos la primera generación de exploradores que se ha adentrado en este vastísimo lugar que se expande a medida que lo vamos conociendo, como en la famosa teoría del Big Bang del astrofísico Hubble. Internet es un inmenso espacio sin geometría en continuo movimiento que es muy difícil de percibir desde una perspectiva convencional como la que hemos utilizado hasta ahora.
Todo ha partido de la capacidad de ciertas cosas para transformarse en ceros y unos. La matemática binaria ha encapsulado un infinito universo de ideas y conocimientos en paquetes digitales que circulan a la velocidad de la luz por las redes de transmisión de datos que ya circundan la mayor parte del planeta.
Mundialmente, la información que está actualmente disponible en formato digital ha superado los 280.000 millones de Gigabytes lo que supondría una acumulación de 45 Gigabytes de datos por persona de acuerdo a una noticia reciente. Una cantidad inmensa que hace cada vez más real la máxima de que el exceso de cosas es basura y la abundancia de información se transforma en ruido. Ante esta avalancha necesitamos pautas de exploración así como la participación de algunos actores que actúen de intermediarios para el filtrado de la información, algunos los han definido como los brokers del conocimiento.
Esta exuberancia ha hecho necesario la preparación de mecanismos nuevos que faciliten la exploración de la capacidad de acceso a esta nueva fuente de conocimiento que es altamente compleja. Según el famoso gurú japonés de estrategia empresarial
Kenichi Ohmae, este continente invisible como titula uno de sus libros, presenta cuatro dimensiones superpuestas: la visible que afecta a los lugares que ya conocemos; la transfronteriza que tiende a escapar al control de las naciones y la administración; la cibernética que se relaciona con la extensión de las posibilidades tecnológicas de comunicación que han cambiado radicalmente las relaciones interpersonales; y, finalmente, la que se presenta como la dimensión de la alta multiplicidad, la capacidad para afectar a los sistemas económicos y sociales a una gran velocidad y con unos enormes resultados sin precedentes.
Ohmae presenta también otros conceptos muy interesantes para entender Internet. Es el caso de los portales y las plataformas.
Los primeros son una herramienta bastante conocida, las páginas de acceso que acogen inicialmente la entrada a Internet, recordemos aquellos puertos digitales antiquísimos que ya han desaparecido como Netscape o Altavista, bautizados como navegadores. Y los buscadores que resisten a la preeminencia de Google como Yahoo y MSN. Los portales tienen una repercusión notable para los negocios puesto que sus transeúntes ofrecen muchísima información sobre sí mismos, personalidad, preferencias, huellas digitales de todo tipo, etc.

Una imagen para un nuevo mundo. Internet Web Trends map. Information Architects, Tokio, 2007

El concepto de plataforma me parece más interesante. El ejemplo inmediato es el del esperanto, un idioma universal que se convirtió en una propuesta fracasada. Una plataforma podría definirse como un lenguaje o mecanismo universal que fuera fácil de manejar y que tuviera el máximo número de usuarios debido a que ha sido aceptado voluntariamente. Otros lo señalan como standards.
La plataforma básica de Internet es el idioma inglés que es el que corresponde al pais que ha apostado más fervientemente por la inmersión en el nuevo territorio. Debido a ello, los ciudadanos de Norteamérica, Australia, India, etc. tienen una ventaja notable a la hora de acceder al continente invisible y sus posibles ventajas y oportunidades.
Pero también hay otras plataformas muy valiosas en Internet. Por ejemplo, para la economía Visa o las monedas fuertes son otro elemento crucial que han acabado con los años imponiéndose como standards. Es el caso del $ólar y, crecientemente, el uro que permiten transacciones en la red impensables hace 25 años cuando nació Windows, otra plataforma de facto.
Otro elemento crucial en Internet es el de la identidad. Actualmente, nuestra identidad en Internet, el número IP, o Protocolo de Internet en su traducción inglesa, es el elemento básico. Un pasaporte que compartimos con las maquinas que nos permiten la intercomunicación y, por ello, el viaje hacia el nuevo territorio. En un futuro inmediato, esta identidad se va a extender a multitud de mecanismos y cualquier elemento o aparato tendrá su IP que le permitirá comunicarse con la red e interaccionar con nosotros
Pero Internet es una auténtica revolución que está transformando radicalmente las relaciones sociales y económicas tal y como las hemos conocido en el siglo pasado. Se está produciendo un cambio que va a desbancar actitudes a partir de una serie de atributos que se han impuesto desde el inicio y que traen de cabeza a los viejos detentadores del poder y la riqueza. Estos atributos de los que disponen los usuarios para transformar las herramientas habituales de control son la capacidad para la autogestión, la gratuidad radical de lo que se produce u oferta y la cooperación como actitud social masiva.
Parecería el triunfo final de la utopía del
anarquismo, la ausencia radical de control, la imposición de la autonomía personal completa y la libertad de asociación para el desarrollo de los proyectos que cada cual estime. Esta anarquía de Internet trae de cabeza a algunas empresas que han logrado controlar en el pasado reciente el mundo de los contenidos analógicos y ven evaporarse sus fuentes de enriquecimiento.
En mi caso particular, uso Internet para varias cosas que no deben de ser muy diferentes a la del común de los mortales: Correo electrónico, consulta de bancos y agencias de viaje, periódicos, aunque ahora pudiendo acceder a las ofertas digitales de otros lugares remotos, etc.

Mi Internet particular

Ahí van mis opiniones sobre algunos sitios a los que accedo regularmente o no tanto.

Mi portal es, evidentemente, Google. Considero que su ventaja está relacionada con la instantaneidad de acceso que otorga su algoritmo de búsqueda. Lástima que no sirva para desbrozar un poco más allá de lo que significa la ordenación y presentación de las cuestiones consultadas por número de accesos de otros internautas. Generalmente, aparecen en primer lugar los sitios menos interesantes y llega a ser agotadora la búsqueda de información realmente valiosa. En el pasado usaba Yahoo y casi lo he descartado definitivamente. Los portales son, en este sentido, excesivamente democráticos para mi gusto.
En cuanto a redes sociales y personales, es decir aquellos lugares de socialización entre internautas, la verdad es que no los suelo usar mucho más allá de la comunidad bloguera que se articula alrededor de Blogger y WordPress, unas herramientas magníficas para la comunicación de ideas y vivencias de cualquiera. Alguna vez he visitado Myspace y Facebook pero no les acabo de encontrar el truco. En Facebook he abierto una cuenta y he colocado alguna imagen pero no me acabo de apreciar su utilidad. Será cuestión de la edad.
Lo que sí me parece el invento más maravilloso de este tipo de redes colaborativas es
Wikipedia, la encarnación digital de la famosa Biblioteca Universal que imaginó Jorge Luis Borges. Quizás sea la sección más interesante de aquella biblioteca imaginada que contenía todas las palabreas y relatos imaginables, aquella que actúa a modo de oráculo en la que uno pregunta y siempre tiene una respuesta al instante que va creciendo en intensidad a medida que sus esforzados editores van enriqueciendo el contenido. Lo siento por los detentadores de esa responsabilidad en el pasado, las enciclopedias como Espasa o Britannica pero han perdido el monopolio el saber.
Otro de los recursos de Internet que me fascinan son los depósitos de información que se van construyendo de una manera colaborativa. Hay están
YouTube en lo que se refiere al video amateur, y Flickr como inmensa colección de imágenes que permite viajar por todo el mundo sin moverse de casa.
Technorati se ha convertido en un auxiliar valiosísimo para mí. Es un mecanismo que permite recolectar instantáneamente la nueva información que aparece en la red de los sitios y personas que me interesan. Lástima que esté en inglés para los que no dominan esta plataforma porque les dificulta extraer el partido que ofrece.
En último lugar, quisiera reflexionar sobre algunos negocios que se apoyan en Internet y que resultan imbatibles en ciertas cuestiones. El caso de
Amazon, el mercado por excelencia de Internet, es extraordinario para los anglófonos, porque ha sido capaz de integrar y ofertar las cosas más inverosímiles en su propuesta de intermediación. Así su potencial de venta es inmenso. Algo parecido a lo que ocurre con EBay, pero en este caso con la colaboración activa de una infinidad de intermediarios aficionados y profesionales en una mezcla curiosa.
El tema de la publicidad en Internet lo considero bastante contradictorio con el carácter de este nuevo territorio, aunque ha ido creciendo con los años en una estrategia de negocio que puede ser incompatible con los rasgos a los que antes hacia referencia, autogestión, gratuidad y cooperativismo. Estimo que los internautas son reacios por naturaleza a la publicidad convencional y de ahí el gran fracaso de banners y sugerencias subliminales.
El problema de cómo extraer valor en Internet es algo que debaten constantemente en estos momentos aquellos que pretenden actuar empresarialmente en este territorio. De hecho entiendo que la intermediación que tiene futuro es la que relaciona el mundo de las ideas que se exponen en la red con el acceso a mercancías concretas o físicas.
Otra cuestión es la que supone este territorio como espacio para la construcción de nuevas marcas globales, tanto para las empresas como para los lugares y las personas. Como dice Ohmae, los jugadores mas exitosos en este nuevo continente serán aquellos capaces de definir una personalidad digital reconocible desde características particulares muy concretas.
Finalmente, Internet parece una materialización caótica de aquella utopía de la lógica que los filósofos del
Racionalismo, a partir de Descartes, vaticinaron en el siglo XVII. Según ellos, la adquisición del conocimiento se produciría a través de la aplicación de la razón para desentrañar aquello que nos es válido entre la avalancha de datos y hechos inconexos.
Quizás me equivoque profundamente en mucho de lo que he escrito más arriba. Quizás esto que he contado les parezca ya conocido a muchos de ustedes, ciudadanos del continente invisible, pero es aquello que como neófito he querido compartir de lo que entiendo sobre este nuevo territorio inexplorado que es Internet.

Inmersion, Benjamin Edwards. The new suburban landscape. Walker art Center, Minneapolis, 2008

3 comments to UN TERRITORIO INEXPLORADO: INTERNET

  • carlos marqués

    Una persona con cierto nivel cultural no podrá leer más en internet de lo que lo hacía hace veinte años en una buena biblioteca. Encontará la información más rápidamente y más variada, eso sí. Lo que me parece revolucionario es el intercambio de relaciones, experiencias y conocimientos de manera desinteresada en la red. De ahí nos toca aprender y crecer

  • Este comentario ha sido eliminado por el autor.

  • el comentario suprimido era mio… jajaja, he hecho un lío (también pasan estas cosas en internet) y lo he sacado, pero aquí va de nuevo…

    Si, a mi ya me sobrepasa (me refería a todas las posibilidades de internet)… me han invitado a facebook, linkedIn, hi5, hives… y que se yo que mas… y aún no le encuentro la vuelta.

    Eso si, me parece una maravilla el poder encontrar información tan rápidamente, aunque se deba de ser muy ser muy selectivo. Otra aplicación que me fascina son los blogs, como este, que dan información y opinión, que te dejan pensado y con ganas de seguir investigando. Otra cosa que me encanta es que gracias a ellos te puedes encontrar con gente realmente interesante con la que, a veces, incluso se llega a hacer amistad por muy lejos que estén (aunque no cibernéticamente).

    Una maravilla esto de internet…

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